
Felipe II de España.
DISERTACIÓN DEL AUTOR.
No ha habido jamás en la historia de nuestra ilustre nación un rey más poderoso que Felipe II. En su gallarda figura se aunaban todas las líneas de poder que pudiesen haber existido en el mundo del siglo XVI. Supo llevar a la gloria un país, y forjar el imperio más poderoso de todos los tiempos. Es durante su reinado donde se alcanzan las más altas cumbres del poder naval, económico y político en la escena mundial. La Envida de Inglaterra y Francia fuimos durante su mandato. De gesto severo, fue hombre serio, calculador, inteligente, capaz, culto, conocedor del mundo, prudente, trabajador, logístico, amante de las letras y del arte y devoto practicante católico. El mayor embajador de la fe de Cristo y de la voluntad de dios y la iglesia. Piadoso de Dios, hombre pío que no dudaría en sacrificar a su hijo si de un hereje de tratase. “Y sabed bien, caballeros, que si un hijo mío hereje fuese, yo mismo cortaría la leña para que con ella ardiese”. Prueba clara del fanatismo católico que imperó en el pensamiento de nuestro ilustre rey. A pesar de ello Felipe II trajo la riqueza a nuestra nación convirtiéndola en la cúspide de Europa. El imperio que no tiene fin y que en sus posesiones no se pone el Sol, esa era la España de Felipe II. La gloria personificada en un hombrecillo oscuro y poco hablador, conspirador, amante del vino, la música y la literatura. Este es nuestro hombre.
Fird.
Héctor Linares González.
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